El sitio llamado "Arco del Tiempo del Río La Venta" (Arco del Tiempo de La Venta del Río), ubicado a dos horas de distancia de la Colonia Agrícola y Ganadera Lázaro Cárdenas, Mpio. De Cintalapa Chiapas, se encuentra en una zona de formaciones geológicas más de 87 mil años de antigüedad, con formaciones kársticas predominante, debido a la disolución de la caliza. Parte del río La Venta es bordeado por altos acantilados, formando un cañón con paredes de piedra caliza que alcanzan alturas de más de 500 metros. Este cañón tiene una longitud de 84 km y muchas cuevas naturales se han formado en sus paredes. Todo el conjunto es un sistema kárstico, lo que sumado a factores tectónicos, ha originado que las depresiones pueden ser físicamente observadas como: abismos, grietas, colinas y cuevas.
Las cuevas de La Venta del Río mantienen mucha evidencia arqueológica de la ocupación prehispánica, así como características importantes desde el punto de vista de la estratigrafía y la cultura. Las características climáticas y el contexto geológico de la zona, han permitido que los artefactos elaborados con materiales orgánicos que rara vez se conservan en sitios arqueológicos se hayan conservado en varias cuevas del Cañón de La Venta del Río.
La zona tiene un clima cálido subhúmedo en la hidrología superficial está prácticamente ausente, sin embargo, Selva El Ocote cuenta con un importante complejo río subterráneo, por el que se lleva acabo, una dinámica interesante de la circulación del agua subterránea, en permanente vinculación con el sistema kárstico. La temperatura media anual es de: 21 a 28 ° C, con un promedio de 25 ° C. El agua de lluvia es captada por la selva amplia y es conducido a la parte inferior de las colinas, formando un gran colector de hidro-geológicos, capaz de almacenar casi 20 metros cúbicos de agua por segundo (Giulivo, 1999).
El sistema de cuevas más complejo y variado de origen cársticO que existe en la zona, es un hábitat ideal para muchos animales que desarrollan su ciclo de vida dentro de ellos o que los utilizan como lugares de refugio. Desde el punto de vista de la ecología, las cuevas se caracterizan por una humedad relativa muy alta, la temperatura constante y la oscuridad absoluta. Su fauna está compuesta por los organismos con diferentes niveles de adaptación a las condiciones selectivas generadas por el ambiente oscuro y húmedo de las cuevas (Sbordoni, 1999). Las adaptaciones más evidentes de la fauna de la caverna son morfológicas y se manifiestan por la pérdida de pigmentación en el cuerpo, la reducción extrema de los ojos a la verdad anoftalmia y el alargamiento de los apéndices.
Los sitios con arte rupestre representan una expresión cultural de las comunidades prehispánicas zoques de la región, se trata de aproximadamente entre 5.000 y 10.000 años de antigüedad, además, su ubicación es especialmente destacable, ya que están en las paredes verticales. Una de las características distintivas de estas expresiones, sobre todo geométricas y abstractas, es que representan un código de pensar claramente asociado con el firmamento y su entorno natural.
La presencia humana en el Cañón de La Venta del Río, ha sido reconocida científicamente después de mediados del siglo XX, a pesar de sus vestigios culturales, son bien conocidas por los habitantes que vivieron y viven cerca desde tiempo inmemorial. Las cuevas estudiadas arqueológicamente que han dado más relevancia cultural para la región son: La Cueva del Lazo y El Castillo, donde diez esqueletos de los niños entre seis meses y siete años de edad se encontraron. Dado el contexto de estos descubrimientos, arqueológicamente infiere, que son productos de las ceremonias rituales asociadas a las deidades del agua. Los restos botánicos asociados a estos esqueletos se refieren a los ritos y ceremonias que tuvieron lugar en el momento de la sepultura de los diez niños.
La presencia humana en el Cañón de La Venta del Río, ha sido reconocida científicamente después de mediados del siglo XX, a pesar de sus vestigios culturales, son bien conocidas por los habitantes que vivieron y viven cerca desde tiempo inmemorial. Las cuevas estudiadas arqueológicamente que han dado más relevancia cultural para la región son: La Cueva del Lazo y El Castillo, donde diez esqueletos de los niños entre seis meses y siete años de edad se encontraron. Dado el contexto de estos descubrimientos, arqueológicamente infiere, que son productos de las ceremonias rituales asociadas a las deidades del agua. Los restos botánicos asociados a estos esqueletos se refieren a los ritos y ceremonias que tuvieron lugar en el momento de la sepultura de los diez niños.
Los vegetales que se encuentran, están en parte relacionadas con algunas plantas silvestres y algunos más son producto del cultivo, dando pruebas irrefutables de que estas comunidades se han desarrollado en la agricultura.
Las características climáticas de las cuevas, ha permitido la conservación de este tipo de material cultural, generalmente perecederos, que en otro contexto no se han conservado de forma natural. De esta manera, estos vestigios nos permiten conocer aspectos como la ropa, cestería y talla de madera.
En La Venta del Cañón del Río, se encuentra el arco natural más alto del planeta, 158 metros de altura, 255 m. de largo y 35 m. de ancho. Esta formación geomorfológica de más de 80 millones años, se une a otras varias bellezas escénicas del paisaje, como las Cascadas de La Conchuda y El Aguacero. También hay más de 400 cuevas con visitas planimétrica de hasta 13 km. Tal es el caso de la cueva de La Venta del Río, considerado como el segundo más grande del Estado de Chiapas.
Asimismo, más de 38 abismos se pueden apreciar en el sitio, con diámetros de más de 100 m. y profundidades de 100 a 280 m. como Las Luchas Abismo, que es el más profundo de la zona y la tercera en el país.
El Cañón del río La Venta es un ejemplo representativo de los procesos geológicos en la Sierra Madre. Las cuevas son la principal característica morfológica de este paisaje y constituyen una excelente entrada al mundo subterráneo. El paisaje que se observa en la actualidad, es un panorama de la selva espesa. Por otro lado, la red de ríos subterráneos que rodean la zona es el resultado del efecto del agua de lluvia sobre las rocas calcáreas, dentro de un proceso geo-ecológicas de gran escala desarrolladas a lo largo de miles de años.
Selva El Ocote está integrada por más de 45.000 hectáreas de ecosistemas tropicales y constituye algunos de los fragmentos de bosque tropical más importante del sureste mexicano. Es, sin duda, un punto focal en la conectividad con el Istmo de Oaxaca, región donde convergen los Estados con mayor biodiversidad en México (Chiapas y Oaxaca).Con registros que superan las 1.500 especies de plantas y animales, un complejo sistema de cavernas de origen cárstico se destaca por su fauna cavernas y diversos servicios ambientales. Selva El Ocote Reserva de la Biósfera, constituye un área protegida en el Cañón de La Venta del Río donde se encuentra ubicada.
La fauna de las cuevas está formada por organismos únicos. De las 300 especies que se encuentran en las cuevas de La Venta del Cañón del Río, 180 fueron nuevas para la ciencia y la mayoría de ellos están clasificados como fauna caverna (blindfish del género Rhamdia, cangrejos de río semi-troglomórphico del género Procambarus, gambas troglobio pertenecientes a la Palaemonidae familia.
La fauna de las cuevas está formada por organismos únicos. De las 300 especies que se encuentran en las cuevas de La Venta del Cañón del Río, 180 fueron nuevas para la ciencia y la mayoría de ellos están clasificados como fauna caverna (blindfish del género Rhamdia, cangrejos de río semi-troglomórphico del género Procambarus, gambas troglobio pertenecientes a la Palaemonidae familia.
Es por eso que las medidas de protección ambiental deben de aplicarse allí donde se encuentran los tesoros mas preciosos, en los municipios de Cintalapa, Jiquipilas y Ocozocuatla, como lo es este Arco, que además de ser una belleza geológica hasta ahora única en el planeta, también es la huella antigua del río que da fé de un turbulento pasado geológico, testigo de tiempos remotos, cuando estas tres ciudades no se llamaban así, ni eran como las conocemos. Lo sabemos por estas visitudes geológicas muy anteriores a la llegada del hombre.